Saturday, February 24, 2007

De regreso (a duras penas)

El lunes en la mañana llegué de mis vacaciones, vine hasta mi casa, me duché y me fui a la pega.
Al final no fueron dos semanas... sino una (dramas con otra empresa, pero que igual repercutió en mí, en fin)
Acá van algunas apreciaciones de mis 9 días en Castro, Chiloé.

Vista desde la casa de Putemún



LO POSITIVO: La gente por supuesto, sus armónicas conversaciones con ese tono 'cantadito' que envuelve, su amabilidad y cortesía hacen que uno se sienta en su propia casa.
Los paisajes verdes verdísimos, el mar en cada pueblito. En Putemún nos alojamos, tiene una envidiable vista, y por ese mismo camino llegamos a Dalcahue, luego cruzamos en trasbordador para llegar a Huyar en donde nos ofrecieron empanaditas de carne, y las degustamos mirando el mar. Luego seguimos a Curaco de Velez un lugar hermoso por su costanera, sus cisnes de cuello negro y exquisito por sus gigantes ostras. Achao, que tiene la iglesia más antigua de Chiloé construida en el año 1778 y hecha con clavos de madera, luego viene Quinchao que queda al final de esa pequeña isla, tiene un mirador espectacular que se puede apreciar los bosques, quebradas y el mar. También fui a Nercón, Chonchi, Queilen, a la laguna Pastahué (en donde me di unos buenos chapuzones y nade incansablemente, solo hasta donde tocaba fondo con mis pies) y finalmente al lago Huillinco. El orden en que visité todos estos lugares no corresponde al de la descripción, por ser nombres tan similares los coloqué según me iba recordando.




Hullar Alto (se ven las jaulas de salmones)













Laguna Pastahué














Vista del Lago Huillinco




Palafitos de Nercón


La comida que entrarían en las 4B (como dice la Claudia) Bueno, Bonito, Barato y 'Bundante'. Muchas pailas marinas, asados al palo, chocolaterías, salmón, empanadas de marisco, licor de oro, chicha de manzana, tortillas de rescoldo... uff...
La música... me pueden creer que no escuché absolutamente nada de reggeton ni cumbias argentinas! En todos los boliches solo rock y clásicos de siempre (bueno, estoy hablando solo de los que fui) y en el puerto había música y cuecas chilotas a toda hora.

LO NEGATIVO: Los lanzas que aprovechan la concentración de turistas para viajar con ellos y robarles mientras estos babean con toda la magia del lugar. La poca ropa abrigada que lleve, hubo días que me morí de frío (pero eso es culpa mía). El retraso de una hora y media en el bus. Las imitaciones 'Made in China' de ponchos, chombas, gorros, etc. que compiten inescrupulosamente con el esforzado trabajo de la gente de Chiloé.

LO ANECDÓTICO: Las principales calles de Castro y su plaza cerradas por reparación y remodelación, respectivamente. Las autoridades aprovecharon como no se haría el puente que uniría Puerto Montt con la Isla Grande y reasignaron dinero para remodelar gran parte de Chiloé. Lo peor es que afectó directamente al comercio ubicado en las calles céntricas de Castro, por ejemplo, en un restaurante llamado "La Brújula del Cuerpo", perteneciente a los bomberos, se podían leer irónicos carteles al interior del local alabando las decisiones de realizar las mejoras en plena época estival, e invitaban sarcásticamente a otras partes de Chile a imitar dichas decisiones.

La Bachelet en el festival costumbrista, vestida al estilo chilote.


En resumen, lo pasé genial... y solo les puede decir que ahora si que necesito descansar!!