Todas las malditas canciones románticas añoran esos años en que enloquecí por tu causa. Sobra cebolla para condimentar un melancólico verso de Silvio, si, y aunque nadie me vio nunca contigo.
Si no creo en el infierno y mucho menos en que mi alma vaya a arder, cómo se llama entonces lo que siento en estos instantes... por qué se desgarra el alma si no es un órgano?
Esta vez llevo mi diadema para distraerte...mi coraza me resguarda. No pidas vuelta atrás, mis sábanas ya no te extrañan. Sólo queda ese triste sentimiento de casi haber desfallecido, casi. Parte de mi alma quedó en la nebulosa... por lo menos sé que no quedó en tu cuarto de cuentos de hada
Nota: Tal como lo dice el título, es algo añejo que encontré entre mis apuntes... no tiene nada que ver con la realidad.